CORRALON Y DISTRIBUIDORA
Desde 1969 que veniamos tomando obras publicas en dependencias Nacionales, concretamente en la Direccion de Obras y Planeamiento de la Universidad Nacional de La Plata. Primero solo y luego en sociedad con Santiago, mi padre y Jorge Oscar Battacchi ( ver archivo de obras en Universidad), donde nos iba muy bien.
Jorge Oscar Battacchi |
En 1973 con la llegada al gobierno del Frejuli, encabezado por Héctor J. Campora (el tío) y con el nombramiento como Ministro de Economía de José Ber Gelbar, presidente de la Confederación General Económica, se implementa como parte del plan económico listas máximas de precios para todo, incluso los materiales de construcción, lanzándose un enorme plan de obras públicas y créditos hipotecarios a través de todos los bancos. La gran demanda hizo que hubiera inflación y al haber precios máximos y falta de insumos comenzó un demoledor mercado negro. Nuestra pequeña empresa estaba bastante bien equipada con maquinas, vehículos y más de 20 operarios. Santiago, mi padre era el capataz general de todas las obras, las que recorria con su camioneta dos o tres veces por dia, Battacchi y yo nos encargabamos de las compras, certificacion de las obras, atencion de las inspecciones y tramites administrativos. En lo laboral, durante el gobierno provincial de Calabro (sindicalista) se aprobaron leyes que hacían imposible la relación con los operarios, por ejemplo un empleado se podía considerar despedido sin que esto hubiera pasado y exigir la indemnización y había que pagarle lo que pidieran, pues los jueces laborales siempre fallaban a su favor.
Omar Ruben Amescua |
Por todo lo expuesto
decidimos terminar las 4 o 5 obras que teníamos
en ejecución en la Universidad a perdida y liquidar la empresa en 1974 a
pesar del alto costo de los despidos.
Para buscar otros horizontes hicimos contacto con Superlit y Monofort, grandes fabricas de fibrocemento, material muy de moda por aquellos tiempos para abrir una distribuidora de fibrocemento y corralón de materiales en la avenida 66 entre 144 y 145 de Los Hornos con el nombre de Amescua Battacchi y CIA Sociedad en Comandita.
Con el
equipamiento que logramos salvar, 1 camión volcador, un camión playo y dos
camionetas, el terreno y galpones donde
estaba el depósito de la empresa pasaron a ser nuestro negocio. El movimiento
económico era enorme y habiendo aprendido a facturar con las listas de precios
máximos y el resto en negro y antes del
envió no iba muy bien.
Las tareas de la empresa estaban divididas; Jorge Battacchi y yo nos encargabamos de la empresa constructora en liquidación y las compras para el corralón, ayudando
cuando era posible con el reparto y Santiago mi padre y Omar mi hermano estaban a cargo del
corralón;
Omar en la oficina y Santiago, muchas veces acompañado por Leandro (niño) en
uno de los camiones de reparto o controlando la recepción de los
materiales. A continuación paso a contar una anecdota de aquella epoca:
Fiel a sus costumbres de campo cuando salia a repartir con alguno de los camiones, a media mañana paraba en algun bar a echarse un trago pues parece que se le secaba mucho la garganta.
Cuando vivíamos en Azul en la decada del 50, nuestro campo estaba a 23 km del pueblo y con carro y caballos se tardaba mas de dos horas en llegar. Generalmente a mitad del camino se paraba en algun boliche de los que estaban a la vera del camino a tomar la capa para que los caballos descansen un poco y a Santi le quedo la costumbre, aunque el camión no necesitara descanso.
Con esta devaluación de un día para otro nuestro
capital se redujo a menos de la mitad y como las cosas subieron como
consecuencia de la devaluación a más del doble, la gente perdió su poder
adquisitivo y pasamos a tener cero ventas y al estar con deudas, no poder
pagar las mismas. No obstante mantuvimos
el negocio abierto perdiendo dinero hasta 1979. En 1978 como distribuidores de Monofort y de su subsidiaria Superlit participamos en
la exposición de Industria y Comercio que se hacia todos los años en la Escuela
Albert Thomas, alquilando una parcela exterior grande en la calle 1 y 58. El proyecto del stand lo
diseñe yo y el armado lo hicimos con materiales aportados por la empresa y mano
de obra nuestra, con ayuda del Jefe de Fabrica de Superlit, de nombre Fedina
que tenía mucho conocimiento de cómo manipular el fibrocemento.
En
esa exposición obtuvimos el primer
premio para la categoría industria y esto nos abrió la puerta para
negociar con Monofort la distribución de
cañería de presión para agua corriente
material que se utilizaba en toda la Provincia de Buenos Aires para construir
las redes de agua. Para Montar la distribuidora de Cañería de Presión,
Monofort exigió un predio bien ubicado,
donde nos pondría 1 millón de dólares en cañería para exposición y a reponer
cuando se vendiera. Conseguimos, con la ayuda de Oscar Sangrador, Jefe de la Estación Meridiano 5º del Provincial alquilar
a orilla de las vías del ferrocarril provincial, en el ramal que iba de
La Plata a Avellaneda, sobre la circunvalación. Avenida 32, del lado de La Plata, 200 metros de largo
por 15 m de ancho de avenida 44 hacia calle 46 y 150 m de largo por 15 m de
ancho de 44 hacia 43. Demostrado a
Monofort que el grueso de los funcionarios municipales de los 124 partidos de
la Provincia de Buenos Aires cuando vienen a la capital provincial, a la Gobernación o a los
Ministerios, entran por avenida 44. Se no concedió la distribución de la
cañería de presión, para lo que debíamos montar las oficinas sobre el terreno
alquilado al ferrocarril.
A principio de
l979 comenzamos a montar 30 módulos de cabertizo de Fibrocemento de 86 cm cada
modulo por 6.30 m de luz. (Los
cobertizos eran una estructura autoportante de fibrocemento de onda grande, con
la forma de media circunferencia de 6.30 m de diámetro). Por la buena ubicación
del emprendimiento, la fábrica de caños
de cemento San Martin, la más grande de aquella época se comprometió a
estoquear 200.000 dólares en el predio a
reponer para mantener el Stock.
Comenzamos a trabajar a toda máquina
con 6 operarios para realizar el montaje y una mañana al llegar al predio no
encontramos con 6 infantes de la Marina
armados con Fal, haciendo guardia en las dos parcelas, que no nos permitieron entrar y
tampoco nos dieron ninguna explicación. Desde la calle se veía pegado del lado
de afuera de los cobertizos gran cantidad de fajas de clausura del Municipio.
Recordé que cuando estábamos limpiando el terreno con una motoniveladora, paro
un auto de alta gama del que bajo un señor que sin identificarse no pregunto
que estábamos haciendo.
Le explicamos que íbamos a montar la distribuidora y
nos contesto allí no se podía poner ningún
negocio, se subió al auto y se fue. Después de describir a este señor no
dijeron que era el Intendente defacto de la época, que tenía el grado de Capitán de la Infantería
de Marina. Como teníamos los papeles en orden, habiendo aprobado los planos del
emprendimiento en el Ministerio de Obras Publicas de la Nación, por ser las
vías jurisdicción Nacional y consultado nuestro abogado, nos informo que existe una
ley de prelación de leyes y que si algo es aprobado por la Nación no puede ser
desaprobado ni por la Provincia y menos por el Municipio, por lo que decidimos dar pelea legal, pero
antes hablar con el asesor letrado del Municipio para explicarle que la
actuación de este había sido incorrecta para ver si la modificaban.
Para buscar otros horizontes hicimos contacto con Superlit y Monofort, grandes fabricas de fibrocemento, material muy de moda por aquellos tiempos para abrir una distribuidora de fibrocemento y corralón de materiales en la avenida 66 entre 144 y 145 de Los Hornos con el nombre de Amescua Battacchi y CIA Sociedad en Comandita.
planilla de certificacion de obras de la Dccion. de Planeamiento |
Santiago Roman Amescua y Lilia Elina Draghi, mi madre |
Bedford playo |
Cuando vivíamos en Azul en la decada del 50, nuestro campo estaba a 23 km del pueblo y con carro y caballos se tardaba mas de dos horas en llegar. Generalmente a mitad del camino se paraba en algun boliche de los que estaban a la vera del camino a tomar la capa para que los caballos descansen un poco y a Santi le quedo la costumbre, aunque el camión no necesitara descanso.
En determinado momento comenzó a parar en el bar de Pierini, de la
calle 137 y 63, esto sucedía cuando no hacia la parada en la otra posta, frente a los silos de
la arenera de Ensenada, en la Colon al fondo, mientras esperaba turno para
cargar arena, cuando se debía entregar este material.
Santiago no sabia que el bar de 137 pertenecía al marido de Ana, una compañera de Lilia, (mi madre) de la
Clínica Los Hornos, lugar donde trabajaba como cocinera, quien por supuesto
le batió lo de la parada.
Lilia se paso la vida tratando que Santi no
tomara bebidas blancas, pues por su trabajo había visto morir muchas personas
de cirrosis y tenia pánico que esto le pasara a Santiago, quien jamás
discutía el tema, y en este caso como solución practica dejo de ir al bar
mencionado para evitar discusiones, pero sin perder su campestre
costumbre.
Cierto día yendo con Battacchi de las obras hacia el corralón por la
calle 63 antes de circunvalación, a mas de 20 cuadras de casa, nos
encontramos con el Bedford 64 volcador parado y cargado de arena pero sin el
conductor, pensamos que se habría roto el camión y paramos para prestar
auxilio. Al acercarnos comprobamos que estaba en marcha y regulando, supusimos
que se habría roto algo de la transmisión, subimos al mismo y al ponerlo en
cambio todo funcionaba bien, luego, no resulto difícil deducir que Santi estaba
en el bar de la esquina a unos 40 m ( no frente al bar) mojando el gargüero y decidimos hacerle una
broma y obligarlo a declarar donde estaba, cosa que no le contaríamos por
supuesto a Lilia.
Battacchi se puso al volante, marcha atrás hasta la esquina, doblando
varias veces caminamos 4 o 5 cuadras hasta una calle de tierra, estacionamos el
vehículo, lo cerramos con llave, nos llevamos la llave y seguimos
viaje para el corralón.
Ya en la oficina, le contamos a Omar y tomando mate nos quedamos
esperando que llegara Santiago en taxi
desesperado a contarnos que le habían robado el camión, teniendo que declarar en
que lugar había sucedido el hecho.
Bedford 64 y Doodge 200 |
No habrían pasado mas de 20 minutos de nuestra llegada al corralón que pasa
por delante de la puerta de la oficina, marcha atrás el camión supuestamente
hurtado para descargar arena en el fondo, segundos después aparece Santi
como si nada hubiera sucedido y se queda tomando mate mas de media hora. Por
supuesto la conversación era de qué manera estaban robando camiones últimamente
en La Plata (cosa que no era cierta) y Santiago ni una palabra al respecto, por lo que no pudimos cargarlo. ¿Como
abrió el camión?; con otra llave que tenia escondida en la caja de herramientas
por si se le perdía la que llevaba en el bolsillo y ¿como supo donde estaba el
camión?; por un conocido suyo que pasaba por allí cuando lo corríamos. Esto lo
supimos muchos años después.
La bonanza del corralon, como suele pasar en Argentina duro poco, pues en
1975, muerto Perón llego al poder Maria Estela Martínez (Isabel) y con ella el ministro de
economía Celestino Rodrígo y en medio de una enorme crisis económica, el
ministro produjo lo que se llamo el Rodrigazo, que fue una devaluación de más
del 100% de nuestra moneda.expo Monofort 78 vista calle 1 |
Expo 78 vista calle 58 |
living sobre calle 1 |
vidriera parte cerrada |
expo 78 interior del stand |
vista calle 58 expo 78 |
vista calle 58 |
Para no perder todo y
recuperar los cobertizos y otros materiales que todavía no se habían empleado,
comenzamos a pasar frente a lo que iba a ser nuestra distribuidora dos veces
por día hasta que observamos que habían retirado a los infantes de marina. En
un operativo tipo comando con todos los vehículos y empleados del corralón rápidamente
desarmamos y retiramos los cobertizos y alambrados.
Allí termino la ilusión de
montar un negocio importante, (vender cañería de presión) con una pérdida de más
de 100.000 dólares, esto termino de fundirnos y al poco tiempo cerramos el corralón
cansados de perder dinero por la recesión.
Ante la necesidad de
contar con otro empleo, además del que teníamos en Infraestructura de Educación,
pues nos pagaban sueldos magros conseguimos: Battacchi emplearse como asesor en
el Municipio Urbano de la Costa recién creado y yo en el de 25 de Mayo como
Director de Obras Públicas (contratado), ya que por aquella época era el Jefe
de la zona de Infraestructura de Educación de los partidos de 25 de Mayo,
Bragado, 9 de Julio y Carlos Casares, para lo que alquilé una casa en 9 y 33 de 25 de
Mayo, ya que pasaba toda la semana allí.
Por esa época el
Gobierno Militar destinaba gran cantidad de dinero para obras públicas en el
interior de la provincia, desde donde pensaban crear un partido manejado por
ellos, utilizando a los intendentes como
punta de lanza. Por tal motivo como Director, tenía a mi cargo la inspección de
varias obras: Remodelación General de Hospital Zonal Saturnino Unzué, transformación
de un viejo centro materno infantil en moderna escuela Diferenciada, construcción
de la nueva escuela 4, pavimentación y construcción de agua corriente en
Norberto de la Riestra (principal pueblo del partido), pavimentación de 30
cuadras y ampliación de más de 30 manzanas de agua corriente en 25, varias comisarías
en los pueblos del interior del partido (antiguas estaciones de ferrocarriles levantados).
La obra del Hospital Sub-Zonal Saturnino Unzué se trataba de la construcción de tres nuevos quirófanos, uno de alta complejidad, otro normal y el 3º para partos, con dos salas de terapia intensiva y un pabellón de internación compuesto por 12 habitaciones para dos camas por habitación.
Por la complejidad de la obra en razón que se debía instalar calefacción central, vacío, aire comprimido, electricidad de 6, 12, 24 y 220 volts se hizo necesario contratar un experto en electromecánica y para realizar dicha tareas fue contratado mi tío Héctor Gelso Ingeniero Mecánico que vivía en Mar del Plata, que de paso cundo viajaba dos veces por mes se hospedaba en la casa que tenia alquilada en 9 y 33 y como sabe cocinar muy bien lo pasábamos bárbaro
La obra del Hospital Sub-Zonal Saturnino Unzué se trataba de la construcción de tres nuevos quirófanos, uno de alta complejidad, otro normal y el 3º para partos, con dos salas de terapia intensiva y un pabellón de internación compuesto por 12 habitaciones para dos camas por habitación.
Por la complejidad de la obra en razón que se debía instalar calefacción central, vacío, aire comprimido, electricidad de 6, 12, 24 y 220 volts se hizo necesario contratar un experto en electromecánica y para realizar dicha tareas fue contratado mi tío Héctor Gelso Ingeniero Mecánico que vivía en Mar del Plata, que de paso cundo viajaba dos veces por mes se hospedaba en la casa que tenia alquilada en 9 y 33 y como sabe cocinar muy bien lo pasábamos bárbaro
Barrio de viviendas Pdo. de 25 de mayo (autoconstrucción) |
Cuando los militares
llegaron al poder en 1976 en los pueblos del interior pusieron como intendentes
a militares en actividad con mando de tropas, supuestamente para combatir a los
guerrilleros, que había en esos pueblos. Luego de darse cuenta que no había
tales guerrilleros, pasaron los
Municipios en general a la Sociedad Rural o a otras instituciones rurales de este tipo.
En el caso del Partido de 25 de Mayo el primer intendente, creo que fue un Capitán del ejercito. A poco de asumir este, hubo grandes lluvias lo que hizo crecer
el nivel de agua de la Laguna Mulitas pegada al pueblo (los pluviales del pueblo iban a la laguna) y esto inundo terrenos aledaños
a la misma donde se habían asentado 12 familias indigentes en terrenos
fiscales.
El personal Municipal estaba acostumbrado a evacuar a estas familias
cuando había grandes lluvias e instalarlos en vagones de carga del ferrocarril en desuso, en la estación del pueblo hasta que bajara el nivel de agua de la laguna. Enterado el Intendente de la
evacuación, pregunto si esto sucedía siempre, a lo que los empleados municipales
le contestaron que sí. Inmediatamente mando demoler los ranchos donde vivían
estas personas y ordeno que no se le permita levantar nada en esos terrenos
fiscales inundables. Cuando me hago cargo de la Dirección de Obras Publicas, ya hacía tiempo que
el diario del pueblo insistía que había que darle una solución a los llamados “inundados”
que vivían en los vagones del ferrocarril.
El Intendente que me contrato, antes
había sido el presidente de la Sociedad Rural del pueblo y por lo tanto persona
muy conocida en el mismo, me pide que piense una solución lo más barata posible para
terminar con la historia de los inundados y que podía utilizar un manzana
triangular en zona alta, a orillas del pueblo para radicarlos.
Vivienda 2 dormitorios (autoconstrucción) |
Barrio de viviendas Pdo. de 25 de Mayo (autoconstrucción) |
Elaboro un proyecto de
un pequeño barrio de 12 casas utilizando los cobertizos que teníamos en el depósito en La Plata,
(rescatados del emprendimiento "clausurado"), proyectando 8 casas de dos dormitorios, baño y cocina comedor que se
construirían con 10 módulos de cobertizo y 4 casas de 3 dormitorios que se construirían con 13 módulos. En ambos casos estos hacian de techo y muros laterales.
Propongo realizar la obra por autoconstrucción, poniendo el municipio
los materiales, 1 capataz albañil y el envió de comida tanto al mediodía como a
la noche para las 12 familias desde el
comedor centralizado que el municipio tenia para los dos asilos del pueblo y mientras dure la obra. El plan era que esa gente indigente, sin oficio alguno (ladrones
de gallinas y cazadores de liebres con galgos) aprendiera un oficio, ademas de dotarlos de casa propia. Le
solicito al intendente que involucre en el plan a la Asistente Social Municipal, Mirta, que los conocía y también al cura Pedro (tercermundista), perteneciente a una capilla cercana a la laguna que los conocía muy bien y los asistia espiritualmente.
Barrio de viviendas de Pdo. de 25 de Mayo (autoconstrucción) |
El Intendente, no muy
convencido (decía que no íbamos a poder
hacerlos trabajar), me autorizo lo solicitado y me compro los cobertizos. En
15 días se estaba construyendo el barrio a toda máquina, donde trabajaban todos
los miembros de la familia bajo mi dirección y administración y a las ordenes del capataz municipal , con la intervención de Mirta, la asistente y Pedro el cura.
Por tratarse de gente no disciplinada, los que dirigiamos teníamos que revolear
el látigo permanentemente, poniendo cara de malos. (las mujeres geniales a los 15 minutos de llegar los
directores aparecían con mate amargo y tortas fritas). Finalmente a los 4 meses se terminaron las viviendas, se inauguraron con mucho ruido de parte del
municipio y grandes halagos del pasquín del pueblo. poniendole al barrio el nombre de un cura que no recuerdo Los diez hombres, por recomendación del capataz
municipal fueron incorporados al municipio para tareas de albañilería. Varios años despues de haber dejado 25 de Mayo y al regreso de una comisión del Ministerio, hago que el chofer entre a 25, pase por el barrio y pare frente a una de las casas para sacar fotos. De la casa sale una de las mujeres que habian intervenido en la construccion y al ver el vehiculo parado mira para ver sus ocupantes, me reconoce, nos hacen bajar del mismo, llama a sus vecinas y 15 minutos despues estabamos tomando mate amargo y comiendo tortas fritas como en el tiempo de la construcción. Las fotos sacadas en esa oportunidad son los que ilustran esta nota.
SAN CLEMENTE DEL TUYÚ
Barrio de viviendas Pdo de 25 de mayyo (autoconstrucción) |
SAN CLEMENTE DEL TUYÚ
De la expo de Monofort
de 1978 la empresa Monofort nos regalo todo lo expuesto que deliberadamente habiamos pintado prolijamente.
El stand central, terminada la
misma lo llevamos a San Clemente del Tuyú y con el construimos una casa de 3
dormitorios, baño, estar y cocina en el terreno donde iba a funcionar la sucursal del emprendimiento "Clausurado".
El referido terreno de 20 por 50 metros lo habiamos comprado cuando se estaba construyendo la nueva ruta, era un terreno muy bajo, permanentemente inundado y con espadaña, donde Tanto Leandro como Sergio (niños) se pasaban el dia agarrando ranas que luego ponían en un tanque y cuando había muchas las faenabamos y nos haciamos el festín. Para rellenar el terreno hasta la altura de la ruta recien construida debímos estacionar el camión volcador del corralón y a Santiago durante un mes en San Clemente. Arreglamos con el maquinista de la empresa que estaba cargado arena a 20 camiones de la misma, sacada del medano costero a 1 km de nuestro terreno, para rellenar el tramo de ruta que se estaba construyendo de San Clamente a Santa Teresita, para que en los ratos libre cargue nuestro camión. Debimos hacer 1200 viajes de 3 m3 para completar el relleno. Este medano artificial debimos fijarlo sacando pasto de terrenos aledaños y plantarlo sobre la arena y regarlo para que crezca.
Cuando estabamos construyendo la casa viviamos en un departamento de Battachi en el centro y en una ocasión viajamos el, con su padre e Hijo Segio, Guillermo Pared, Joge Mayocchi y yo con mi padre y Leandro trabajabamos una mañana larga en la obra y en la tarde nos ibamos a pescar a Punta Rasa. Como Santiago cocinaba muy bien le habiamos delegado la tarea de cocinar con el padre de Battacchi como ayudante de cocina. Como buen tipo de campo lo ponia mal que faltara comida. El primer dia cocino un estofado de carne y papas riquisimo, pero nos pusimos de acuerdo de comerselo todo para luego gastarlo que nos habia dejado con hambre. Se trago la gastada y en la tarde cuando regresamos de pescar estaba cocinando un guiso de igual tamaño que el estofado, pero nos dimos cuenta que en el horno de la cocina estaba cocinando otra cosa. Nuevamente nos pusimos de acuerdo de comerle todo aunque reventaramos, nos comimos todo el guiso que estaba buenisimo y comenzamos a cargarlo. Abrio el horno y saco un costillar con paleta de cordero, asado con papas morrones y cebollas y riendose nos dijo ¡¡¡¡coman mierdas!!!!!!. No se como hicimos pero se lo comimos todo (eramos jovenes). Se agarro tal calentura que no cocino mas. Esa noche tuvimos que salir a caminar pues estabamos que reventabamos de llenos.
Cuando cerramos el Corralóm, Battacchi se quedo con el terreno y casa de San Clemente que esta frente a la ruta de acceso. Por aquella epoca, cuando compramos el terreno, llegar hasta San Clemente era casi una aventura, ya que el camino pavimentado era muy angosto y lleno de pozos y terminaba en Lavalle (20 km. antes de San Clemente), por entonces cabecera del partido de todas las playas que hoy pertenecen al Municipio Urbano de la Costa. (Playas del Tuyú)
Desde allí, hasta San Clemente como hasta Santa Teresita o Mar de Ajó los caminos eran de arena y habia que rogar que no hubiera habido viento los dias anteriores pues se formaban serruchos que desarmaban los vehiculos. Con Jorge luego de la disolución de la sociedad seguimos amigos.
Hector Amescua
Contactos: hamescua@amc.com.ar haamescua@gmail.com
Casa San Clemente, Gabriela y Sergio Battacchi niños |
El referido terreno de 20 por 50 metros lo habiamos comprado cuando se estaba construyendo la nueva ruta, era un terreno muy bajo, permanentemente inundado y con espadaña, donde Tanto Leandro como Sergio (niños) se pasaban el dia agarrando ranas que luego ponían en un tanque y cuando había muchas las faenabamos y nos haciamos el festín. Para rellenar el terreno hasta la altura de la ruta recien construida debímos estacionar el camión volcador del corralón y a Santiago durante un mes en San Clemente. Arreglamos con el maquinista de la empresa que estaba cargado arena a 20 camiones de la misma, sacada del medano costero a 1 km de nuestro terreno, para rellenar el tramo de ruta que se estaba construyendo de San Clamente a Santa Teresita, para que en los ratos libre cargue nuestro camión. Debimos hacer 1200 viajes de 3 m3 para completar el relleno. Este medano artificial debimos fijarlo sacando pasto de terrenos aledaños y plantarlo sobre la arena y regarlo para que crezca.
Cuando estabamos construyendo la casa viviamos en un departamento de Battachi en el centro y en una ocasión viajamos el, con su padre e Hijo Segio, Guillermo Pared, Joge Mayocchi y yo con mi padre y Leandro trabajabamos una mañana larga en la obra y en la tarde nos ibamos a pescar a Punta Rasa. Como Santiago cocinaba muy bien le habiamos delegado la tarea de cocinar con el padre de Battacchi como ayudante de cocina. Como buen tipo de campo lo ponia mal que faltara comida. El primer dia cocino un estofado de carne y papas riquisimo, pero nos pusimos de acuerdo de comerselo todo para luego gastarlo que nos habia dejado con hambre. Se trago la gastada y en la tarde cuando regresamos de pescar estaba cocinando un guiso de igual tamaño que el estofado, pero nos dimos cuenta que en el horno de la cocina estaba cocinando otra cosa. Nuevamente nos pusimos de acuerdo de comerle todo aunque reventaramos, nos comimos todo el guiso que estaba buenisimo y comenzamos a cargarlo. Abrio el horno y saco un costillar con paleta de cordero, asado con papas morrones y cebollas y riendose nos dijo ¡¡¡¡coman mierdas!!!!!!. No se como hicimos pero se lo comimos todo (eramos jovenes). Se agarro tal calentura que no cocino mas. Esa noche tuvimos que salir a caminar pues estabamos que reventabamos de llenos.
Casa San Clemente En Cosruccion, con Gabriela, Sergio y Vanina y el Mehari con el que ibamos a pescar a Punta Rasa |
Cuando cerramos el Corralóm, Battacchi se quedo con el terreno y casa de San Clemente que esta frente a la ruta de acceso. Por aquella epoca, cuando compramos el terreno, llegar hasta San Clemente era casi una aventura, ya que el camino pavimentado era muy angosto y lleno de pozos y terminaba en Lavalle (20 km. antes de San Clemente), por entonces cabecera del partido de todas las playas que hoy pertenecen al Municipio Urbano de la Costa. (Playas del Tuyú)
Interior de la Casa, Jorge y Mary |
Desde allí, hasta San Clemente como hasta Santa Teresita o Mar de Ajó los caminos eran de arena y habia que rogar que no hubiera habido viento los dias anteriores pues se formaban serruchos que desarmaban los vehiculos. Con Jorge luego de la disolución de la sociedad seguimos amigos.
Casa de San Clemente, Gabriela y Vanina |
NICHOS
A principios de 1983, habiendo yo terminado mi función en 25 de Mayo por cambio del Intendente y estando Jorge todavía como asesor en el Municipio Urbano de la Costa viene a verme dos meses antes de la elecciones de la vuelta a la democracia, para ver de qué manera se podían hacer en el cementerio de Mar de Ajó 320 nichos que debían estar terminados y cobrados en los dos meses que le quedaban al gobierno defacto.
A principios de 1983, habiendo yo terminado mi función en 25 de Mayo por cambio del Intendente y estando Jorge todavía como asesor en el Municipio Urbano de la Costa viene a verme dos meses antes de la elecciones de la vuelta a la democracia, para ver de qué manera se podían hacer en el cementerio de Mar de Ajó 320 nichos que debían estar terminados y cobrados en los dos meses que le quedaban al gobierno defacto.
La altura de los mismos era de 4 hileras, aproximadamente 3.5 m. Se debían
proyectar sobre un muro y techo de canalones de fibrocemento existentes, quedando una galería de 3 metros luego de instalados los nichos.
Jorge me dijo piénsate algo que regreso la próxima
semana, pero recordá que en 2 meses deben estar terminados y cobrados.
Comencé
a pensar ¿que es un nicho? y llegue a la conclusión que se trataba en realidad de una estantería donde se
guardaban cajas, sin importar las variaciones de temperatura ni los ruidos pues
a sus usuarios esto ya no les molestaría, solo debían estar protegidos de la lluvia.
Con cualquiera de los métodos
tradicionales hormigón o mampostería no se llegaba con el plazo
Comencé a proyectar la referida estantería
en madera dura totalmente encastrada y aseguradas las piezas mediante tarugos
encolados de 1”, dejando ranuras en el maquinado de la madera para aislar
visualmente cada nicho con chapas lisas de fibrocemento de 10 mm, pues me
pareció feo que al introducir a su ocupante se vieran los vecinos. La caja se
deslizaría sobre 4 caños de hierro galvanizado de 1 pulgada colocados en camas
hechas en la madera por sobre la chapa de fondo (o sea que el jonca se deslizaba como por un tubo).
Cuando regresa Jorge, le muestro el
proyecto terminado y dibujada cada pieza como para mandar a maquinar la madera,
costo de la estantería con tres tipos de maderas distintas y tiempo estimado de montaje. Le pareció buenísimo y me
dijo que debería defender el proyecto en la Secretaria de Obras Públicas del
Municipio, pues los dos Arquitectos querían dejar la obra para el próximo
gobierno y el Intendente y su Secretario de Obras Publicas quería hacerla antes de las elecciones.
Esa misma semana me traslado con Jorge a
la costa y se realiza la reunión en presencia del Intendente, el Secretario de
Obras Publicas, Ingeniero, y los dos Arquitectos de la secretaría.
El Ingeniero revisa los cálculos y las
cargas con que se había realizado el proyecto y dice que todo estaba bien. (Hasta
unos meses antes yo había sido el profesor de la materia cálculo de hierro y
madera de la Escuela Industrial de 25 de mayo y en cuanto a las cargas había
tomado el peso de cada caja como de 300 kilos, mas margen de seguridad).
Los Arquitectos comenzaron a cuestionar la
durabilidad de la madera, previendo esto, yo había llevado 3 opciones de madera
dura. Anchico (llamado biraró nacional), quebracho y urunday que todavía se
conseguía y cuyo peso especifico es como el de la piedra. Luego de una áspera
charla, con argumentos poco solidos por parte de los Arquitectos les pregunte si conocían las Ruinas de San Ignacio, en Misiones, me contestaron que sí, entonces les informe que los dinteles de las ruinas son de urunday
y hace mas de 300 años que están colocados allí y al intemperie y les pedí que me
nombraran un edificio de hormigón que
tuviera esa antiguedad. En ese momento el Intendente dio por finalizada la
reunión aprobando el proyecto para que se realizara en anchico.
Al regreso no abocamos a la tarea de
mandar a maquinar la madera en el aserradero de Candía en 19 y 508, quien se
había comprometido a realizar la tarea en una semana y nosotros a improvisar un
taller de pre armado en el galpón de Guillermo Pared, en Los Hornos, para llevar los
tabiques que dividían los nichos en vertical armados, sin el fibrocemento, para realizar en
la obra solo el montaje de las uniones horizontales tanto de frente como de fondo, fijar los verticales al muro de fondo y colocar en las ranuras las chapas de fibrocemento tanto verticales como horintales cortadas previamente (que ademas servian para evitar las desformaciones de la madera con el tiempo) y atornillar las tapas de resina del frente con tirafondos de bronce. A medida que se iba maquinando la madera, en el galpón se hacía el pre armado. Luego todo se trasladó en 4 camiones y en una semana quedaron
montados los 320 nichos, o sea los 81 tabiques verticales instalados y tarugadas las uniones horizontales. Las
tapas de frente las realizo un plastiquero en resina epoxi y estera de fibra de
vidrio. El montaje lo realizamos Jorge, su suegro Amleto Dantola, Leandro y Sergio que
tendrían 12 o 13 años y yo. Se entrego la obra y logramos cobrar la misma y los
mayores costos antes de la entrega del Municipio al Gobierno electo en 1983. La base de operaciones del montaje fue la casa de San Clemente mostrada arriba.
Hoy 27-3-2015 fui a visitar a Jorge Battacchi a su casa para mostrarle el archivo del corralón y cuando leyo la parte de los nichos me dijo "tengo algo para tí veni". Fuimos al galpón y descolgo las prensas (sargentos) para madera que eran de Amleto y que fue con lo que armabamos los nichos y me las regalo ¡¡¡Gracias Jorge!!!
Hector Amescua